lunes, 28 de agosto de 2023

Ingeniería climática y algo más...


Me acabo de despertar abruptamente por un feo olor en el ambiente. Puedo reconocerlo, no es la primera vez que lo siento. Es un olor indescriptible muy fuerte ante el cual mi olfato reacciona agresivamente. Cómo siempre me encierro en el baño y me doy cuenta que allí no está, me acerco a la ventana de la cocina y puedo sentirlo como proviene desde fuera. ¿Estará en la lluvia que justo ahora está cayendo? Es posible, pero otras veces lo he sentido también sin tiempo lluvioso. Lo  curioso es que es siempre de noche y preferentemente de madrugada. No sé qué pueda ser, ojalá tuviera algún instrumento para poder medir la calidad del aire ahora mismo.

Estoy convencido que nos fumigan como si fuésemos cucarachas. No sólo utilizan las vacunas de todo tipo, también lo hacen a través del agua, los alimentos y también el aire. Está vez quizás hayan usado la lluvia. El rechazo natural que mi cuerpo siente ante ese olor tan penetrante me remite al rechazo similar que siento ante ciertos insecticidas. Es veneno, sin dudas. Estoy sintiendo cierto ardor en mis ojos. Y aunque el olor se está diluyendo, la sensación queda impregnada en todo el órgano olfativo.

El cambio climático es real, claro que sí, siempre ha habido cambios en el clima; incluso cuando la actividad humana era casi imperceptible en la atmósfera. Han existido períodos con máximos de calor y con fríos capaces de producir glaciaciones. El más cercano en la historia es de a penas unos cientos de años atrás con el período llamado "Mínimo de Maunder" o pequeña glaciación, la cual afectó notablemente la vida en el hemisferio Norte. Los retratos de los pintores de aquella época nos muestran curiosas imágenes del río Támesis completamente congelado y la gente sobre él practicando patinaje. ¿Por qué no me enseñaron nada de esto en la escuela? Como bien se pregunta el sr David Icke ¿Quién o quiénes fueron los culpables de aquella Pequeña Glaciación? -porque siempre tiene que haber algún culpable, verdad?- ¿De dónde salió el aumento de CO2 en la atmósfera de aquellos días? No existían los motores de combustión de hidrocarburos y tampoco las grandes fábricas con chimeneas humeantes, tampoco las emisiones de aerosoles ni la combustión de las turbinas de miles de aviones como los que hoy surcan el aire cada instante en todo el planeta. ¿Y entonces? Se pregunta el sr Icke. "Oh! Debe haber sido efecto de las flatulencias de las manadas de búfalos en las estepas o las de elefantes en África, o flatulencias de burros, ovejas y caballos..." Pero, más allá de la ironía la respuesta es un NO.

 Gracias a ese científico Maunder que midió las manchas solares durante el período que lleva su nombre, se logró establecer que el "culpable" principal de los cambios en el clima terrestre es... ¿? Oh, porsupuesto fué y es el sol. Un largo período de baja actividad solar con total ausencia de manchas solares provocó un mínimo en las temperaturas medias que congeló la mitad del continente europeo y probablemente también el asiático y el americano.  
No somos los humanos quienes provocamos el cambio climático, pero tal vez y hasta cierto grado ayudamos a acelerarlo y eso tampoco está probado. Sin embargo hay un tipo de humanos que sí tienen el poder de ocasionar algunos cambios: la élite del gobierno mundial. Ellos tienen los medios para aplicar la ingeniería climática que juntamente con la ingeniería social vienen desarrollando desde hace décadas. Ellos pueden ya cómo mínimo interferir en el clima de tal o cuál ciudad o región; pueden hacer que llueva o provocar todo lo contrario instalando una sequía. El gobierno chino lo reconoció hace nada, justo antes de los juegos olímpicos de 2022. Ellos reconocieron poseer y utilizar esa tecnología. Y el control del clima especialmente sobre zonas de grandes cultivos puede considerarse sin dudas un arma. Si utilizando esa tecnología de ingeniería climática logro instalar una larga sequía en la zona más productiva de un país cuya economía depende de la agricultura, podría arruinar a ese país y ponerlo a mis pies sin disparar un solo tiro.

La pregunta del millón entonces es no una sino varias. Si la élite del PCCHino reveló públicamente que es capaz de modificar el clima ¿Qué otros aspectos de esa tecnología poseen y mantienen en secreto?
¿Tendrán la capacidad de provocar huracanes, terremotos e inundaciones? Quienes han investigado la actividad de tecnología HAARP de EEUU aseguran que sí.
¿Estamos ante un real cambio climático natural e históricamente cíclico o son ellos la élite quienes en verdad lo están provocando mientras nos hacen creer que todos somos culpables por una utilización irresponsable de los recursos?
¿Es una mezcla de ambas cuestiones? ¿Estamos ante un cambio climático cíclico real pero la élite lo está aprovechando para manipularlo y utilizar la ingeniería social a fin de aplicar mayor control sobre los individuos para exprimirlos con más impuestos? Al menos esto último fue anotado como meta de la Agenda del Club de Roma dirigido por Aurelio Peccei y sus secuaces. Lograr crear el impuesto al CO2. 

La trama de toda esta patraña se hace evidente en el momento en que se ha instalado desde los gobiernos y a través de las más importantes redes sociales compradas por la élite, la llammada "cultura de la cancelación". En este mismo momento el sólo hecho de escribir la frase "cambio climático" en cualquier red social implica que el algoritmo advierta sobre el contenido que queremos publicar o directamente sea censurado. Opinar contra el discurso del cambio climático está prohibido y algunos legisladores de la Unión Europea hasta han propuesto se penalice ir contra le relato "científico" que ellos, la élite y sus secuaces políticos han instalado como casi un credo religioso. Esto evidencia no sólo que estamos ante otra gran mentira ahora patrocinada por la Agenda 2030 del Foro Económico Mundial, sino que todos ellos los que están llevando adelante está agenda y el boom del cambio climático son no menos que criminales. 

Miles de científicos en todo el mundo levantan sus voces hasta donde les es permitido, para denunciar que el tan mentado cambio climático no es otra cosa que un fraude. No porque no exista sino porque el argumento detrás intentando inculpar a la actividad humana y específicamente la emisión de CO2, es simplemente un fraude probable y ciento por ciento demostrable. Ya allá hace veinte años atrás cuando el sr Al Gore comenzó la propaganda de todo esto rotulándolo entonces como "Calentamiento Global", más de veintidos mil científicos y especialistas en el tema firmaron un documento afirmando que dicho "Calentamiento Global" como un hecho provocado por humanos no tenía sustento científico y que por lo tanto era un fraude. 
Poco después el tema junto con el "documental" de Gore "Una verdad incómoda" dejaron de estar en boca de todos por un tiempo y el propio Gore anduvo con perfil bajo y en algún momento hasta imperceptible. Pero al promediar la segunda década del siglo XXI la élite le dió nuevo impulso a la vieja agenda de Peccei y la revisión de la evidentemente equivoca palabra "calentamiento" se sustituyó por la más conveniente y acomodaticia palabra "cambio". Y ahora habían encontrado a un soldadito mucho más efectivo que el viejo Gore para empujar la agenda. Una niña gruñona y con cara de enojada increpaba a los políticos acusándolos de ser cómplices del "Cambio Climático". Aún cuando la niña Greta Tumberg critica hasta el mínimo descuido en el reciclado y lo mal que vivimos y mal cuidamos nuestro único Hogar, la Tierra, ella no encuentra contradicción al sentarse a mirar su iPhone mientras come comida chatarra en McDonald's. Parece que nadie le contó que algunos elementos indispensables para construir las baterías del iPhone se extraen en minas donde el trabajo esclavo de niños está a la orden del día. No me creas, búscalo. Y tampoco llegó a enterarse que la comida chatarra es uno de los principales motivos de obesidad infantil. Como sea, la élite y sus principales cabezas visibles han apostado e invertido mucho en la niña Greta. Y para nosotros hablar, opinar y cuestionar el relato del cambio climático puede implicar una condena social por parte del rebaño que todo lo cree y hasta una condena judicial y penal.
¡Cómo se atreven???